UN PASEO POR BRIHUEGA
Nos dirigimos a conocer Brihuega por la carretera autonómica que la une con capital bordeando el río Tajuña, el cual se esconde entre frondosa arboleda, y alcanzamos el puente desde donde nos sorprende la vista de la ciudad. En medio de una ladera verde una torre destaca entre edificios semiocultos entre la arboleda.
Es la imagen
de la torre de San Miguel que se yergue altiva, como único
monumento que dejara ver junto a ella casi por misericordia la circular
figura de la fábrica de paños. Nada mas lejos de la
realidad, Brihuega esconde monumentos cargados de arte y de historia,
que poco a poco tendremos la oportunidad de ir viendo.
SAN MIGUEL
Subimos por fuerte pendiente y encontramos el primero de ellos, cuya torre ya nos dio la bienvenida, San Miguel, iglesia de corte románico, derruida en gran parte y rehabilitada para fines culturales, tales como exposiciones pictóricas o fotográficas, conferencias, representaciones teatrales etc.
Continuamos ascendiendo por la calle
principal, también carretera, y encontramos la plaza de El
Jardinillo, recóndito parque donde podemos ver a los mayores
de la villa tomando el sol y dejando discurrir las horas. La calle
alberga bares, tiendas,. bancos, y muestra una ciudad viva y actual,
que parece ignorar su historia a fuerza de la convivencia con ella.
Cuando la carretera se dispone a abandonar la villa en un fuerte recodo, nos sorprende una de las más bonitas iglesias de Brihuega, San Felipe. La fachada también es de corte románico, aunque en este caso ya el gótico hace su aparición, y más aún en su interior, donde las columnas y arcos reclaman ser catalogadas en dicho estilo.
La rodea un parquecillo, donde los
bancos nos invitan a descansar y admirar la planta de dicha iglesia,
que para los briocenses significa tanto, y que solo en determinados
días y horas se puede ver su interior, generalmente la encontramos
cerrada, guardando celosa el tesoro de su arte.
PARQUE DE MARIA CRISTINA
Desde allí, siguiendo el camino marcado por la carretera, encontramos el parque principal, el de María Cristina, más conocido por Las Eras, lugar hartamente visitado por habitantes y foráneos, en el que se celebran actuaciones al aire libre, principalmente en fiestas, un fresco y apacible lugar donde pasar las mañanas y atardeceres de verano.
Hace años, este parque era mucho más natural, menos "urbanizado", una amplia alameda, de ahí que también se le conozca con este nombre.
Junto a él se ha construido la piscina municipal, en la que los árboles se han conservado y dan fresca sombra en los días calurosos de verano
LA FABRICA DE PAÑOS
A nuestra derecha encontramos una calle que nos lleva a la Fábrica de Paños de Carlos III, cuyos jardines son un reflejo del estilo de la época en la que fueron construidos, dando un cierto aire a los del Generalife, salvando, claro está, las lógicas distancias.
En sus proximidades encontramos un mirador desde el que se divisan las lomas alcarreñas, y se adivina el río discurriendo entre los campos de labor, los chopos ocultan su cauce y marcan con verde linea su discurrir.
EL ARCO DE LA CADENA
De nuevo retornamos a la carretera
y encontramos el Arco de la Cadena, lugar cargado de historia según
lo narra una placa que en él se ha colocado.
La calle es estrecha y desemboca en una plaza con un fuerte sabor rural, donde el gran tilo que crece en su centro la impregna todas las primaveras de un agradable olor a tila fresca.
LA FUENTE DE LOS DOCE CAÑOS
Bajamos la calle y encontramos en nuestro camino el antiguo lavadero, hoy reconstruido y en desuso, y junto a él la fuente de los doce caños, los cuales no dejan de manar agua, no en vano la villa está construida en un lugar donde el agua aflora por doquier, dando buena cuenta de ello las múltiples fuentes que encontramos en nuestro caminar, unas más artísticas que otras, pero todas soltando el agua que en otros tiempos supongo haría las delicias de los habitantes de este lugar.
Aqui la calle se retuerce y estrecha
para ir a desembocar en la calle mayor, encontrandonos en nuestro
camino con la fachada de una antigua casa blasonada digna de ser contemplada.
Ya en la calle Mayor, caminamos bajo los soportales y junto a ellos encontramos arcos de forja en los que se enredan los rosales, llegando a la Plaza del Coso,o plaza del Ayuntamiento, donde cada domingo se establece el mercadillo, y en el que también se encuentra la Biblioteca en una casa antigua, con fachada de piedra.
Dos fuentes con sendos pilones se sitúan
a ambos lados de la embocadura de la calle y en medio una farola en
la que los mozos se refugian en los encierros escalando el liso mástil
que soporta los cinco faroles fernandinos.
EL ARCO DE LA GUIA Y SU ENTORNO
Cruzamos la plaza y desembocamos en el Arco de la Guía, por el que llegamos uno de los lugares mas emblemáticos, el conjunto donde se alza el Castillo de la Peña Bermeja y la Iglesia de la Virgen de la Peña patrona de Brihuega y venerada hasta los extremos mas insospechados por los briocenses.
Este lugar presume de ser uno de los mas frescos de la villa, un amplio recinto con buena arboleda, plácido lugar donde pasar horas tranquilas, muy utilizado por los mayores que buscan calma y sosiego.
Es esta una iglesia de fachada y planta es gótica, aunque su interior no alcanza la pureza de estilo que logra es San Felipe, pero es la Parroquia, la "iglesia mayor", de la que los Brihuegos se sienten orgullosísimos, por algo encierra una talla románica, la Virgen de la Peña, de traza similar a la Montserrat catalana, pero aquí vestida.
Destaca su atrio, y la puerta de entrada en la que el arco gótico tiene una especial característica, la columna central nunca existió, se mantiene al aire con una coqueta forma ojival doble en cuyo centro un rosetón ilumina el conjunto de arcos.
EL CASTILLO DE LA PEÑA BERMEJA
Apoyado en la iglesia, o quizás
es ella quien se apoya en él, se alza el castillo, lugar en
el que los obispos toledanos se refugiaban los veranos para soportar
las inclemencias estivales. Se encuentra en muy buen estado de conservación,
y en su patio de armas se instaló el Cementerio, dato curioso,
que no puede dejar de sorprendernos por lo extraño de su ubicación.
SAN FRANCISCO Y ARCO DEL JUEGO DE PELOTA
Pero antes pasamos por el antiguo convento de San Francisco, utilizado actualmente como escuela taller y en cuyas salas reconstruidas se celebran de vez en cuando exposiciones de fotografías, pinturas etc.
Desde aquí nos dirigimos a a
otro arco, el del Juego de Pelota, por la calle recientemente nombrada
de "Manuel Leguineche", persona muy querida en este pueblo.
LA PLAZA DE TOROS
El arco del Juego de Pelota da paso a una explanada donde encontramos la Plaza de Toros. Esta construcción es el orgullo de todos los Brihuegos. Es el lugar donde cada año celebran las fiestas más importantes para ellos, y a donde acuden gentes de todos los alrededores, y algo más lejos... No solo se celebran fiestas de toros en agosto, también en primavera y en otoño.
COZAGON
Junto a ella, abierto en la muralla
casi derruida, el Arco de Cozagón, bastante descuidado, para
desgracia de quienes no saben apreciar la joya que es.
El pundo donde mejor se puede apreciar es desde el campo, en el camino de tierra que se conoce como de Santa Ana, y que en su día unía la villa con Toledo. En la actualidad, las hierbas crecen en su piedras, y los chiquillos acostumbran a subirse a las zonas altas. A veces, mirandole, no puedo evitar pensar en qué nos diría el arco, si pudiera hablar...
LA MURALLA
EL RIO
No damos por finalizado nuestro día,
con lo que bajamos de nuevo al puente que nos dio la bienvenida, y
allí damos un agradable paseo por el Tajuña, donde se
respira paz, y los colores del otoño nos hacen pensar en lo
hermoso de esta estación.
12 de octubre de 2.002 |